EL BULLYING EN LA UNIVERSIDAD
Varios años atrás se pensaba que el bullying era algo normal, parte del
desarrollo de todos los niños. Se pensaba que este no tenía impacto grave sobre
las víctimas, y así estas debían responder a estos actos peleando de la misma
manera.
Se sabe que el bullying puede ser manifestado de distintas maneras. “El
tipo de bullying puede ser directo, ya sea físico o verbal, o de gestos no
verbales. Puede ser indirecto o relacional (daño a una relación social),
mediante la exclusión social, el esparcir rumores, o hacer que sea otro el que
intimide a la víctima, y finalmente, es recién considerado por los investigadores
como un tipo de agresión, dada la importancia de la tecnología hoy en día. El
Cyberbullying o cyberstalking, es un tipo de agresión
que se da a través de la red, las páginas webs, los chats, foros, y correo
electrónico.
Muchos piensan que la universidad y etapas
más avanzadas de nuestra vida, cosas como que “te molesten en la escuela” o bullying,
simplemente no pasan; que somos maduros, tolerantes y con interés, responsabilidades
más apremiantes que acosar al prójimo para sentirnos mejor o más importantes.
Existen varias
modalidades de acoso en las universidades, a saber, hostigamiento entre
alumnos, acoso a los empleados en la universidad (personal no docente) y el que
tiene lugar entre el personal docente. El acoso entre estudiantes
universitarios es una forma de bullying o acoso escolar, por otra parte, el
acoso hacia el personal no docente forma parte de casos típicos de acoso moral
en el trabajo, ya que el acoso hacia el personal no docente sigue los mismos
parámetros que el mobbing. En cambio el acoso entre docentes tiene aspectos
propios y diferenciados, ya que lo que queremos destacar es la innegable
relación entre el acoso moral entre docentes y la no consecución de la
excelencia académica.
Si analizamos con detenimiento las críticas sobre
la víctima en el discurso del envidioso podremos llegar a conocer, realmente,
lo que envidia de la víctima; así sabemos que llegar a envidiar a alguien por
sus logros, por el éxito obtenido en un proyecto, o por la popularidad (fama)
entre compañeros y conocidos, lleva al acosador a querer apropiarse de la
autoría del logro, normalmente suplantando la identidad del acosado, a modo de
plagio (muy habitual en el mundo universitario), aunque también el acosador
llega a atribuirse ese logro "democratizando" el éxito final (es
mérito de "todos", aunque el trabajo lo haya realizado la víctima en
solitario), pero cuando no es posible apropiarse del éxito (plagio y/o
democratización), entonces, el envidioso se
dedica a infravalorar los logros de los demás, en especial el de la víctima y
ésta puede darse cuenta de ello porque nunca recibe un comentario elogiando o
valorando su trabajo”.

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